El Arte de la Guerra

o sólo es uno de los mejores escritos sobre tácticas militares, sino que también guía a los Guerreros que han emprendido su propio camino. A pesar de su antigüedad, los consejos de Sun Tzu siguen manteniendo vigencia.
Extracto del Arte de la Guerra:

Cinco Leyes del Combate:

1.- La Fe: antes de entrar en el combate hay que creer en el motivo de la lucha.
2.- El Compañero: Escoge bien a tus aliados y aprende a luchar acompañado, porque nadie gana una guerra solo.
3.- El tiempo: una lucha en invierno es diferente de una lucha en verano; un mal guerrero no presta atención al problema cuando este es pequeño. Y cuando crece, se siente incapaz de superarlo.
4.- El espacio: no se lucha de la misma manera en un desfiladero que en una llanura. Considera siempre lo más favorable que hay a tu alrededor.
5.- La estrategia: el mejor guerrero es aquel que prepara bien su combate.
Los Guerreros se hacen Invencibles
Antiguamente, los guerreros expertos se hacían a sí mismos invencibles en primer lugar, y después aguardaban para descubrir la vulnerabilidad de sus adversarios.
Hacerte invencible significa conocerte a ti mismo; aguardar para descubrir la vulnerabilidad del adversario significa conocer a los demás.
La invencibilidad está en uno mismo, la vulnerabilidad en el adversario.
Por esto, los guerreros expertos pueden ser invencibles, pero no pueden hacer que sus adversarios sean vulnerables.

                                           Ver más allá de lo evidente

Si eres capaz de ver lo sutil y de darte cuenta de lo oculto, irrumpiendo antes del orden de batalla, la victoria así obtenida es una victoria fácil.
En consecuencia, las victorias de los buenos guerreros no destacan por su inteligencia o su bravura. Así pues, las victorias que ganan en batalla no son debidas a la suerte. Sus victorias no son casualidades, sino que son debidas a haberse situado previamente en posición de poder ganar con seguridad, imponiéndose sobre los que ya han perdido de antemano.
 La importancia del Conocimiento
Si conoces a los demás y te conoces a ti mismo, ni en cien batallas correrás peligro;
si no conoces a los demás, pero te conoces a ti mismo, perderás una batalla y ganarás otra;
si no conoces a los demás ni te conoces a ti mismo, correrás peligro en cada batalla.


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